Hace
algunos años se daban diplomados en edición y no existía ni una sola cátedra
que hablara de la imagen, considerando que ésta siempre ha sido una narración
indispensable para la existencia de la LIJ y las editoriales que la
publican, la ausencia de la reflexión sobre la iconografía en los libros
era una manifestación de la pérdida en la lectura visual del adulto. El Siglo
XXI y la edición de nuevos libros ilustrados se inauguran al mismo tiempo
publicándose libros que en su origen fueron hechos para adultos y que ahora son
leídos por los niños. Y libros ilustrados para adultos. La ilustración da una
mayor dimensión al libro y a la lectura un goce amplio que nos sensibiliza.
La edición se transforma con base a la imagen: papel, diseño, visión editorial. La sola ilustración se convierte en un proceso exigente para su creador que en ocasiones toma mucho más tiempo que el texto. Ambos elementos se acompañan y dialogan entre sí, sin perder su autonomía como uno de esos buenos matrimonios que pudieran encontrarse. Quizás por esto un libro ilustrado requiere un ilustre editor.
La edición se transforma con base a la imagen: papel, diseño, visión editorial. La sola ilustración se convierte en un proceso exigente para su creador que en ocasiones toma mucho más tiempo que el texto. Ambos elementos se acompañan y dialogan entre sí, sin perder su autonomía como uno de esos buenos matrimonios que pudieran encontrarse. Quizás por esto un libro ilustrado requiere un ilustre editor.